THOA

Martha Sandra Bustillos

Recordar, narrar e interpretar los sueños en las primeras horas de la mañana, son prácticas que se realizan en la mayoría de los pueblos indígenas para la planificación del día; pero, cuando son interpretados con un augurio perjudicial son considerados sueños especiales y denominados “Jan walï Samkanaka” (mal sueño) y provocan frecuentemente estados de alerta y angustia en el entorno.
No son las experiencias oníricas o estos sueños los que abordaremos de forma breve en este artículo.

En la actividad onírica se traspasan espacios y dimensiones. En algunas ocasiones se puede hablar con los difuntos, con los achachilas, uywiris de la comunidad o el urumamani del lugar que vivimos, se interactúa con ellos e incluso se pueden recibir consejos. Los sueños con los difuntos son considerados muy importantes desde lo simbólico por sus mensajes que hay que cumplir, en algunas ocasiones anuncian apoyo y protección a nuestras actividades, en otras advierten situaciones conflictivas que se avecinan.

Don Max oriundo de la región de Tiquina manifiesta – qhanan uywinakasas sankamansa naysiri jutapxi ukat wajiñasa aptasiñasa– (es claro, que nuestros seres protectores vienen en los sueños a pedirnos, por eso en agosto se les invita).

Otra experiencia onírica de Don Silverio vecino de la zona de Munaypata revela – Cuando ero joven el tata Santiago sabe hacerse escuchar, él sabe presentarse como militar y gritar “soy el que me defenderá, cuando tenía mi juicio, los que ganarán el juicio soy yo, eso le tengo fe.– (lo dice mostrando la imagen).

En este sentido, la lectura e interpretación de los sueños son esenciales para anticiparse a los problemas y actuar colectivamente en momentos de crisis e incertidumbre – Kunampis sankasta jani ukhamaruw wakisiyäni – (“Como nos soñaremos según eso nos prepararemos”).

Esto nos permite comprender, que la lectura simbólica de los sueños es una de las varias formas para interpretar las diversas señales que el mismo entorno nos proporciona. Doña Marcelina curandera de la zona de Munaypata nos dice: – Samkaxsana wali amuyasiñani, jan walï samkanaka turkakipatañäni ukas yatiriñarakïw. Qhan t’añaxa (en nuestros sueños hay que darnos cuenta, para cambiar los malos sueños. Hay que confrontarlos).

Siguiendo la lectura de doña Marcelina, los sueños considerados malos o jan walï samkanaka pueden tener diferentes denominaciones como ser: Ilaki samkanaka, premoniciones, pérdidas de seres queridos o catástrofes naturales; qull samkanaka (sueño de sanación, medicina, adivinación, salud), maknaka son los sueños que se relacionan con enfermedades entre personas. Por todas estas connotaciones, este tipo de sueños son considerados como guías en nuestra cotidianidad y existe la capacidad de revertirlos si la interpretación es correcta.

El revertir los malos sueños es una habilidad practicada mediante algún rito sea personal o que la familia siempre ha realizado y se ha habituado de padres a hijos. Algunas formas de hacerlo al soñar, es, o cuipir al baño, contarle a la oveja, enterrar un hoyo en la tierra y enterrarlo, hacerlo en un lanlaje o aymará, contarle a la piedra o al río.

La importancia del sueño en las culturas indígenas, radica en la relación del ser humano con su entorno o directamente con la naturaleza, formando parte de la historia oral y la diversidad cultural.