Milka C. Arteaga
Durante el periodo inkaico, el Estado Regional Pakajaqi, parte del Qullasuyu, se organizaba en dos grandes regiones: Omasuyos y Urusuyu. Omasuyos comprendía Marka como Laja, Guarina, Pucarani, Achacachi y Chukiyawu; Urusuyu integraba Tiwanaku, Qalajipa, Waqi, Caquiaviri, Jach’a y Jisk’a Machaqa, Q’araqullu y Sicasica, Axawiri, Caquiaviri, Qalamarka y Wiyacha. Estas regiones mantenían estructuras que garantizaban redistribución, defensa y control social.
Con la colonización, los españoles dividieron Pakajaqi en tres provincias: Omasuyos, Guaqui y Pacajes. Esta última fue dividida en dos provincias menores con 12 pueblos (Capoche, 1959; Choque Mamani, 1995). En la época republicana, en 1842, se formó la provincia Ingavi, en honor al coronel José Ballivián. La provincia Ingavi es dividida en seis municipios: Viacha, San Andrés de Machaqa, Guaqui, Tiawanaku, Desaguadero, Jesús de Machaca, Nasacara, Caquiaviri y Taraco”; esta norma dispuso también que cada provincia tendrá un diputado en el congreso. Su aniversario oficial se consolidó en 1909.
Tras la Revolución Nacional, surgió la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de la Provincia Ingavi. Décadas más tarde, ante el desgaste del sindicalismo, el Taller de Historia Oral Andina (THOA) impulsó un proceso de reconstitución identitaria y política. En 1993 nació la Federación de Ayllus y Comunidades Originarias de la Provincia Ingavi (FACOPI), promoviendo el retorno a las estructuras del ayllu y las autoridades propias. Además, en 1995 las autoridades participaron como articuladas a 6 ayllus, Centrales y Sub Centrales y Provincias Originarias. En 1999, el Primer Encuentro de Autoridades Originarias en Pillapi retomó el papel de 700 representantes, además se firmó el mandato del CONAMAQ (Cussi et al., 2003). Con el apoyo de CIPCA Altiplano y Fundación Tierra, se formalizó el Suyu Ingavi de Markas, Ayllus y Comunidades Originarias (SIMACO), conformado por las “Tunka Marka”: Wiñacha, Waqi, Tiwanaku, Desaguadero, Taraco, Jesús de Machaca, San Andrés de Machaqa, Aransaya, Arax Suxta, San Andrés de Machaqa Urinsaya y Jach’a Hilata, bajo la FDUTICP-TK y la FDUMICOLP-BS. Su estructura incluye tres cuerpos: Tupak Katari, Bartolina Sisa y el Tribunal de Justicia Originaria Qama Amawta”, con 30 autoridades originarias en total.
El filósofo Enrique Dussel sostiene que el poder verdadero reside en la comunidad, determinando entre potencias (poder originario) y potestas (poder delegado). Esta visión se vincula con el Qama. Como afirman los Sullka Jach’a Mallku “TK” ÑK, el poder originario viene de la comunidad, Marka, Suyu y Nación, y el poder delegado debería servir como subordinado y en equilibrio horizontalmente. En contraste, el poder potestas es autoritario, viene de arriba y reproduce la dominación.
Ingavi también ha enfrentado crisis, producto de injerencias político-partidarias que intentaron imponer el poder fetichizado descrito por Dussel como dominador. En respuesta, las “Tunka Marka” suscribieron un Pacto de Unidad, resistiendo a la cooptación por intereses externos y cumpliendo el objetivo de “consolidar la unidad, la reconstrucción de la territorialidad de la Nación Aymara”.
SIMACO se sostiene como potencia, que pese a los embates del poder fetichizado, avanza consolidando su autodeterminación. Recientemente, le logró elegir según sus mecanismos aymaras de elección al escaño uninominal, en el contexto de la creación de la nueva Circunscripción 18, demandando ante el TSE con base en el crecimiento demográfico de la provincia. Paradójicamente, bajo las normas del “Estado Plurinacional”, la provincia de Pacajes ha quedado con menor representación, pese a tener una misma historia y hermandad con Ingavi.